Cuidados de la piel del bebé: los 8 consejos imprescindibles
A pocas personas se les escapa que los recién nacidos tienen una piel diferente a la de los adultos. Es por ello que los cuidados de la piel del bebé deben ser muy especiales. No obstante, hablamos de una barrera única y esencial que le protege del mundo exterior, la primera forma de defensa de la criatura tras nacer.
Además, este órgano también es necesario para que los pequeños regulen su temperatura adecuadamente y se protejan de las infecciones, además de lesiones como los pequeños golpes o los arañazos.
De este modo, es normal que una de las grandes preocupaciones de los papis sea saber cómo protegerla. Pero no te preocupes si tienes dudas, ya que hoy te damos las respuestas que necesitas para cuidar al máximo la piel de tu pequeño bebé. Sigue leyendo y entérate de todo.
Las claves para cuidar la piel del bebé de forma adecuada
Evidentemente, la regla de oro para el mejor cuidado de la piel del bebé es llevar a cabo una buena higiene diaria realizada siempre con los productos de cuidado adecuados. Sin embargo, hay otra serie de consejos que debes seguir si quieres que la delicada piel de tu pequeño esté sana y vital. ¡Toma nota!
Baño diario, ¿si o no?
Aunque puede ser elección de cada padre, es un asunto que genera bastantes dudas. Muchos papis optan por hacer baños diarios, pero algunos especialistas pediátricos recomiendan en algunos casos los baños alternos para evitar algunos problemas cutáneos que suelen presentar los pequeños. A este respecto, la opinión de la Asociación Española de Pediatría (AEP) no desaconseja el baño diario. Sin embargo, enfatiza también que “la piel sana del bebé tiene sus propios mecanismos de autolimpieza y en determinadas zonas no es necesario el baño cada día”. Como decíamos, se trata de una elección personal de los padres del bebé.
Usar jabones neutros
Como bien hemos comentado, la piel de los bebés es muy delicada ya que en un inicio, no desarrolla flora bacteriana que le proteja y, además, tiene la herida del cordón umbilical.
Es por ello que no vale cualquier producto de higiene. Al ser su pH ácido no es recomendado emplear jabones alcalinos, que suben aún más su pH provocando así irritaciones e infecciones. Para llevar a cabo un adecuado cuidado de la piel del bebé, lo más aconsejable es siempre usar jabones neutros o un poco ácidos y, por supuesto, sin perfumes. A la hora del baño, para limpiar tan delicada piel, puedes utilizar tu misma mano o una esponja suave.
No abusar del uso de antisépticos
De nuevo la AEP ofrece indicaciones a este respecto. Rechaza de pleno el abuso de antisépticos añadidos a los habituales productos de limpieza e higiene infantil. Y es que su uso excesivo es el responsable en algunas ocasiones de alterar el ecosistema microbiológico normal de la piel, favoreciendola proliferación de otros microorganismos nada beneficiosos.
Por ejemplo, en el caso del alcohol, remarcan que puede ser perjudicial al ser absorbido y provocar así quemaduras e irritaciones.
Aplicar lociones hidratantes después del baño
Aunque la piel de un recién nacido está más hidratada de pos sí que la de un adulto, conviene no descuidar la hidratación, ya que justo después del nacimiento hay zonas que se pueden descamar. Para ello el uso de lociones o cremas hidratantes, a ser posible 100% naturales, es muy recomendable. Al echar crema, hay que tener presente que la piel situada detrás de las orejas es fina y tendente a descamarse, por tanto conviene hidratarla bien, al igual que la piel del empeine, que tampoco debe olvidarse.
Tener precaución con los productos a aplicar
Sobra decir que para el cuidado de la piel del bebé lo más recomendable es usar productos específicamente indicados para ellos. Una vez más, destacamos que la función de barrera de la piel no está completamente desarrollada en el recién nacido, por lo que los productos o sustancias a aplicar pueden actuar de forma más intensa y penetrar la piel. Es por eso que cualquier producto especial o preparado que se utilice debe administrarse y dosificarse de manera muy cuidadosa y, preferiblemente, con la prescripción de un profesional.
Presta atención a la limpieza tras el cambio de pañal
El aseo tras los cambios de pañal es un aspecto muy importante para cuidar adecuadamente la piel de un bebé. Se debe limpiar a conciencia y de forma delicada con agua, aunque sin usar jabones de alta alcalinidad. En su lugar se recomienda preparados sin alcalinos, enriquecidos con agentes aditivos grasos e indicados exclusivamente para el cuidado de la piel de los bebés. También puedes ayudarte de toallitas suaves siempre que sean productos dermofarmacéuticos adecuados. La limpieza debe realizarse desde la zona más limpia a la más sucia y de adelante hacia atrás para evitar infecciones. Una vez bien limpia la zona, se puede poner crema protectora para evitar irritaciones.
Cuidado con el sol
Como ya hemos hablado en otros posts del blog, la piel de los bebés es muy susceptible en los primeros meses de sufrir los efectos de la exposición al sol. Es por ello que debes evitar siempre la exposición directa del pequeño al sol durante los primeros 6 meses de vida. Una vez pasado ese tiempo, siempre ha de hacerse de forma muy controlada, protegiendo con cremas solares de alto factor y realizando una hidratación adecuada. Incluso hay voces como las de la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME) que recomiendan evitar la exposición directa al sol antes de los 3 años. En cualquier caso, si quieres cuidar la piel de tu bebé nunca dejes que esté demasiado expuesto.
Evita las temperaturas extremas, tanto altas como bajas
La piel de los bebés, en sus primeros años, no está preparada para soportar temperaturas extremas. Por ejemplo, las temperaturas altas pueden ocasionar problemas como la hipertermia o sudamina, mientras las temperaturas demasiado frías son una fuente de hipotermia o paniculitis.
Esto aplica también para el momento del baño, donde el agua también debe estar templada. La cifra mágica suele ser la de 37º, pero… ¿cómo saber si el agua está templada? Pues simple. Compruébalo con la parte de dentro de la muñeca, con el codo o con un termómetro de baño.
¿Listo para cuidar de la piel de tu bebé?
Ahora que ya sabes los cuidados básicos de la piel del bebé ya estás preparado para mimarla al máximo y evitar las molestas irritaciones en la medida de lo posible. La piel de tu pequeño agradecerá estas atenciones, ya que es su primera defensa contra los agentes externos y, por tanto, un aspecto esencial para su bienestar. Para finalizar, nos gustaría recordar que si a pesar de todos estos cuidados de la piel para el recién nacido, este presenta lesiones cutáneas o síntomas infrecuentes, siempre deberás acudir a un pediatra o un dermatólogo infantil.